«Háganse los muñecos de peluche para uso y disfrute carnal de mis discípulos, hasta haberlos desgastado»
Y así se hizo su voluntad sobre la Tierra. Y el Jésus vio que era bueno, tan bueno que su mayor discípulo se enganchó a ello. Tanto que el osito acabó pidiendo piedad:

El Jésus prometió ayudarle, pero también dijo:
«Si el amor le hace feliz, a quien amar es lo de menos (*), aunque este sea un muñeco de peluche»
No hay comentarios:
Publicar un comentario